Descripción
En este clásico de los acertijos encontramos a un prisionero encerrado en una celda que posee dos puertas. Una de ellas le llevaría a la libertad mientras que la otra le comportaría un severo castigo.
Cada una de las puertas está custodiada por un guardián. El prisionero sabe que uno de los vigilantes siempre dice la verdad y el otro siempre miente, pero desconoce cuál es cada uno.
Si sólo le permiten realizar una única pregunta a uno de los dos guardianes, ¿qué preguntaría el prisionero para lograr la libertad y librándose del castigo?
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Solución
La solución sería formular a uno cualquiera de los guardianes una pregunta del tipo: “¿Qué respondería el otro guardián si le preguntara cuál es la puerta que me llevaría a la libertad?” De esta manera, la solución siempre sería la puerta contraria a la indicada en su respuesta. Veámos a continuación que la solución es válidad indistintamente del guardián al que preguntemos.
Si le preguntamos al guardián que siempre dice la verdad, él sería sincero respecto a la respuesta de su compañero, que al ser el que miente nos hubiera indicado la puerta errónea.
Si le preguntamos al guardián que siempre miente, éste nos engañaría, diciéndonos la respuesta contraría a la contestación sincera de su compañero. Es decir, su compañero nos habría indicado la puerta correcta pero él nos mentiría y nos guiaría igualmente por la que conduce al castigo.
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